Unos conocieron el bar en directo, in situ. Otros a través de la lectura del libro "Noches de BV80" de Valtueña. A muchos les suena por el tema "Negativo" de Bunbury (las noches del BV80 escapando a tocar...). También hay algunos que piensan que todavía existe. Sea como fuere, el bar BV80 vive. Es nuestro deseo que así sea. Por eso convocamos este concurso. ¡Échale imaginación y participa!

viernes, 23 de marzo de 2012

3. Regreso a BV80


Una noche en el BV80 con Ed Harris
Autor: Víctor Manuel Guíu Aguilar, El Mestizo.
           [Híjar-Teruel-España]
Subtítulo: Regreso a BV80

Estoy más que harto. Es la cuarta vez que este jodido invento me lleva al mismo sitio, al mismo lugar, a la misma dimensión espacio-tiempo que no alcanzo a entender. Aquí estoy lejos de Hill Valley High. No sé ni cómo coño se llama este antro. Todos hablan como en México y todo parece una broma amarga de pelos de colores, medias rotas, voz de whisky viejo y sonrisas de terciopelo.

Doc me la ha vuelto a jugar. O ha equivocado los cálculos. Aunque las tres veces anteriores algo era distinto, eso creo. Hoy he visto aparcado un Delorean por una calle cercana. ¿Un Delorean en este sitio donde los coches son como huevos?

Entro de nuevo en el bar. El mismo bar. La misma música. Mil novecientos ochenta y uno. Creo que hay mil cámaras colocadas en el local, fuera del local, dentro de mí, en el baño, en la copa, en la barra, en el camarero, en el golferío juvenil de aquella esquina… Como si decenas de escritores describieran hasta el último rincón e impusieran sus reglas metafóricas. Hasta las tripas se me revuelven, buscando cámaras como un gran show que nace desde mis enlazadas botellas de cerveza. Sí Marti, decididamente alguien te vigila. Como una situación Orweliana fuera de su sitio. Como un Gran Hermano que apoyado en la barra bebe su copa y se fija en mis ojos. Una noche de la marmota.

Aquel tipo se parece demasiado a Ed Harris, ese que salió en “The Right Stuff” hace un par de años (¿o mejor dicho en un par de años?). Pero era un Ed Harris calvo y envejecido. Como sacado de una película de los sesenta. Mucho más viejo.

Ese tipo calvo se me acerca con pinta paternalista.
- Te estamos vigilando. Sólo eres parte del Show. Un puto decorado, así que sigue portándote bien y todo saldrá de vicio en este cuento.

Como un cuadro surrealista, plagado de imágenes e infrasignificados yuxtapuestos. Una canción suena (creo que es “De do do do, de da da da”). Y ese cabrón de camarero, apurando su pitillo como si fuera el último que va a poder fumarse dentro del bar, sonríe socarrón. Como si todo este homenaje a la incoherencia de comienzos de los 80 fuera cosa suya.

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